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ITALO DOMINICAN CIGAR FACTORY:
Desde la idea hasta los contratos internacionales.

Como muchas de las mejores historia del ser humano, la idea nació entre un grupo de amigos y familiares que han juntado la pasión común por el tabaco y han decidido, en una tarde del año 2018, sentados en una mesa fumando un puro, casi por diversión, de poner en obra una pequeña fábrica para la producción de puros para la venta al público local. El camino que teníamos por delante se volvió más complicado de lo que esperábamos, a pesar de que en nuestro grupo inicial ya se encontraban elementos profesionales con una red de conociencias importantes en el sector del tabaco y que algunos de ellos eran de nacionalidad dominicana. Sin embargo, en poco tiempo y con gran determinación y tenacidad, nuestro equipo supo empacar un cigarro bien hecho a partir de la hoja verde básica creando una mezcla que inicialmente satisfizo nuestras necesidades y las de nuestros primeros clientes locales. En 2020, sin embargo, el encuentro con el maestro Martín Cornelio cambió profundamente la perspectiva de nuestras expectativas y nos dimos cuenta de que, en el futuro, podíamos apuntar mucho más alto si hubiésemos tomado las

decisiones correctas. Al maestro le gustaron mucho nuestras ideas y nuestra visión de futuro, por lo que desde ese momento Cornelio siempre ha sido un consultor integrado en nuestro sistema técnico y administrativo que nos ayuda a mejorar día a día.

Hemos tenido el placer de fabricar puros pedidos por empresas muy importantes, pequeñas y medianas, personalidades destacadas del mundo del deporte o incluso simples privados que querían un producto personalizado en función de sus necesidades y gustos personales. Este paso, que inicialmente enfatizaba menos el producto específico de nuestra marca, en el análisis final fue el proceso catalizador que pudo dar forma definitiva al know-how de Italo Dominican Cigar Factory y darnos todas las nociones, conocimientos y fuerza que hoy nos ponen en condición de poder ofrecer al mercado internacional un cigarro con características organolépticas únicas y que es el resultado de la experiencia adquirida en estos años de trabajo y además de investigación y desarrollo.

ERASE UNA VEZ...
Existen las coincidencias?

Italo Dominican Cigar Factory nació principalmente en torno al compromiso y a la determinación de dos grandes familias, una italiana y la otra dominicana, que juntas dieron a luz algo extraordinario y nuevo, que por muy profundo de nuestras almas sentimos como algo que ya nos pertenecía, un poco como cuando tocas un instrumento musical por primera vez o haces un trabajo que no sabes hacer que pero te sale bien, en pocas palabras sentimos que teníamos la vena para el tabaco.

Al principio no le prestamos mucha atención a estas sensaciones, pensabamos que la comprensión perfecta entre cada miembro de nuestro equipo fuera el resultado del entusiasmo, pero luego nos dimos cuenta de algunos detalles de nuestras vidas - y más precisamente de nuestro pasado - que de alguna manera vinculaban increíblemente a todos los miembros de nuestro grupo inicial. Nuestro vínculo con el mundo del tabaco nace desde lo más profundo de nuestro pasado, desde nuestros abuelos y bisabuelos, quienes a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia, sin conocerse y habiendo vivido en diferentes

partes del mundo con diferentes culturas, saboreaban el cigarro casi de la misma manera. El abuelo Giovanni, ebanista de profesión y originario del sur de Italia, era un gran entusiasta y conocedor de los puros, le encantaba fumar su puro mientras trabajaba o montaba a caballo. Su segunda pasión, la jardinería, incluso lo llevó a cultivar algunas hojas de tabaco cuando era más joven, pero nunca tuvo la oportunidad de convertir su pasión en un negocio. A nosotros los nietos no nos gustaba mucho el olor a humo pero él, con su sonrisa siempre luminosa y su cigarro entre los labios, nos contaba historias asombrosas sobre su juventud, sobre la guerra que vivió en su piel, sobre sus viajes y sobre los valores fundamentales que la vida le enseñó.


Luego está el tío Ferdinando (ya ahora todo el mundo lo llama "tío") quien, al igual que el abuelo Giovanni, es protagonista de hechos similares que han llevado a todos los que lo rodean a asociarlo indisolublemente con la imagen del puro dominicano. Innumerables son las historias de la vida real que el tío Ferdinando les contaba a sus hijos y nietos, algunas de las cuales eran tan atractivas y tan aventureras que resultaban casi increíbles, además de que las contaba de una forma tan cautivadora que supo siempre encantar incluso a los adultos. Ferdinando es uno de esos hombres que vienen de la vieja escuela, con una integridad construida sobre sólidos principios morales, una persona con una historia a sus espaldas digna de una película, sobre todo por las partes que aún no nos ha contado... y por cierto, hay muchas todavía.


Quién sabe si las coincidencias existen o no, si el futuro está escrito o si todos somos peones inconscientes de un juego casual, cualquiera que sea la respuesta no importa. Lo que importa es que ahora estamos aquí para combinar nuestra pasión por el tabaco... y le hemos cogido bastante el gusto :)

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